Por otro lado, un trabajo en equipo mal gestionado, puede ser causa de tensiones, ocultar injusticias y enfrentamientos que a la sombra del grupo que lo conforma progresen deliberada y dañinamente, ocasionando un mal clima laboral.
El trabajo en equipo para el logro de resultados de alto rendimiento no es una quimera aunque sí depende de varios factores que están interrelacionados entre sí, entre otros, va a depender de las siguientes cuestiones:
- Aclaración inicial del objetivo común que se persigue, así como, a lo largo del desarrollo del proyecto en común, recordando, en cada etapa, el objetivo que se persigue y el trayecto realizado.
- Acuerdo de cada uno de los miembros del equipo con la obligación de dirigirse a un objetivo en común predefinido y en base a unas reglas, escritas o no, que son guía del camino a seguir para obtención de los frutos pretendidos.
- Ayuda mutua de forma coordinada entre todos los participantes de ese trabajo en equipo de cara a la consecución de los resultados fijados.
- Adecuada transmisión de información en cada una de las etapas de la misión, como base para que cada uno de los componentes sepa en todo momento cuáles son sus funciones y responsabilidades, las cuales, no tienen por qué mantenerse estáticas, sino evolucionar conforme los cometidos y tareas se van llevando a cabo.
- Alusión certera a las circunstancias y situaciones de cada fase, potenciando la autocrítica constructiva del equipo de cara a la mejora continua.
- Amparo y protección de los integrantes del equipo de trabajo. El equipo como organismo precisa de un entorno seguro para su desarrollo. Las ideas deben ser premiadas, los logros valorados y los errores despersonalizados.
